No me considero feminista si entendemos el feminismo como ideología
contraria al machismo. Otra cosa es el feminismo como movimientos dirigido
a visibilizar a las mujeres, para luchar por sus derechos, y que tiene como objetivo conseguir la igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres.
Me considero defensora de los derechos humanos (hombres, mujeres, niños,…). Ser
ciudadano o ciudadana significa formar parte de una comunidad política y
disfrutar de los derechos derivados de esa pertenencia: civiles, políticos y
sociales.
Me resulta doloroso mirar al pasado, e incluso en el presente, y
comprobar cómo la mujer no ha sido una ciudadana. NO ha podido disfrutar de sus derechos. Algún
ejemplo en el ámbito educativo:
- 1872. María Elena Massera será la primera
española en matricularse en la carrera de Medicina.
- 1929. 1.744 mujeres eran universitarias
frente a 31.813 varones.
- Tras la guerra Civil y durante el régimen
franquista la escuela mixta es prohibida en primaria y secundaria y la
educación de las niñas sigue orientada a perpetuar su papel de madres y
esposas, según la tradición católica dominante. En 1970 se elimina esta
prohibición y se establece un mismo currículo de enseñanza en la llamada
Educación General Básica (E.G.B).
Hay dos frases que siempre me ha gustado:
“La mujer no
nace, se hace “ ( Simone de Beauvoir, filosofa y autora del libro “el segundo
sexo” 1949).
“ La mujer no se resigna, se rebela, se revuelve siempre, y cuando todo parece perdido, cree en lo inesperado, cree en el milagro. Digámoslo concretamente, cree en sí misma”. (Clara Campoamor y F. Fernández Castillejo. Heroísmo criollo. La marina argentina en el drama español, 1983).
Clara Campoamor
Trabaja desde los 13 años: modista; dependienta de un comercio; con 21 años aprueba plaza en Correos y
Telégrafos; aprueba plaza de Maestra para
Adultos enseñando Taquigrafía y Mecanografía por carecer del título de
Bachiller; Con 33 años vuelve a estudiar para sacarse el bachillerato porque
quería ir a la Universidad; Con 36 años es licenciada en derecho, ejerce de
abogada y actúa como primera mujer ante el Tribunal Supremo. Colabora como
periodista en distintos medios de comunicación.
Pertenecía al grupo de mujeres intelectuales, liberales y de
izquierdas que lucharon por los derechos humanos y de forma especial por los
derechos de la mujer. Piensa y actúa como republicana. Fue una política
española, defensora de los derechos de la mujer y principal impulsora del
sufragio femenino en España, logrado en 1931, y ejercido por primera vez por
las mujeres en las elecciones de 1933.
Pago un alto precio, su exilio con
la Guerra Civil Española: París, Argentina, Suiza. Enferma de
cáncer, casi ciega, muere en Lausanne el 30 de abril de 1972. Tenía 84 años.
Sus restos descansan en paz en el Cementerio de Polloe en San Sebastián.
Antepuso, frente a sus intereses políticos y personales, los principios
de igualdad y respeto.
RTVE cuenta su historia en 'Clara
Campoamor, la mujer olvidada'.
Algunas de sus frases:
(...)Resolved lo que queráis,
pero afrontando la responsabilidad de dar entrada a esa mitad de género humano
en política, para que la política sea cosa de dos, porque solo hay una cosa que
hace un sexo solo: alumbrar; las demás las hacemos todos en común, y no podéis
venir aquí vosotros a legislar , a votar impuestos, a dictar deberes, a
legislar sobre la raza humana, sobre la mujer y sobre el hijo, aislados, fuera
de nosotras. ("El voto femenino y yo". Editorial Horas.Madrid,
2006, p. 107)
“La libertad se aprende ejerciéndola”.
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