09 septiembre 2012

FABULA de  "La escuela de los animales" 

 


Una vez, los animales decidieron que tenían que hacer algo heroico para solucionar los problemas de un “nuevo mundo”, de modo que organizaron una escuela. Adaptaron un currículo de actividades consistente en correr, trepar, nadar y volar. Para facilitar la administración todos los animales cursaban todas las materias.

El pato era excelente en natación, mejor incluso que su instructor, y obtuvo muy buenas notas en vuelo, pero pobres en carrera. Con el objeto de mejorar en este aspecto tenía que quedarse a practicar después de clase, e incluso abandonó la natación. Esto duró hasta que se le lastimaron sus patas de palmípedo y se convirtió en un nadador mediano. Pero el promedio era aceptable en la escuela, de modo que nadie se preocupó, salvo el pato.

El conejo empezó a la cabeza de la clase de carrera; sin embargo tuvo un colapso nervioso como consecuencia del tiempo que debía dedicar a la práctica de la natación.

La ardilla trepaba muy bien hasta que comenzó a sentirse frustrada en la clase de vuelo en la que el maestro le hacía partir del suelo en lugar de permitirle bajar desde la copa del árbol. También sufrió muchos calambres como consecuencia del excesivo esfuerzo y le pusieron apenas un suficiente en trepar y un insuficiente en correr.

El águila era una alumna problemática y fue severamente castigada. En la clase de trepar llegaba a la cima del árbol antes que todos los otros, pero insistía en hacerlo a su manera.

Al final del año, una anguila anormal, que nadaba muy bien, también corría, trepaba y nadaba un poco, tenía el promedio más alto de la escuela y le correspondió pronunciar el discurso de despedida.

Los perros de la pradera quedaron fuera de la escuela y cuestionaron por qué la administración no incluyó en el currículo las materias de cavar y construir madrigueras. Pusieron a sus cachorros a aprender con el tejón, y más tarde se unieron a marmotas y topos para inaugurar una escuela privada de gran éxito.
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Leyendo el libro  "los 7 hábitos de la gente altamente efectiva" de Stephen R. Covey (el cual recomiendo) encontré esta fabula que pertenece a George H. Reavis en su libro “Otra Taza De Chocolate Caliente Para El Alma” y me sentí en la obligación de transcribirla porque me parece muy interesante.

No debemos olvidar que la enseñanza se ha de adaptar al alumnado en función de sus intereses, ritmo de aprendizaje, etc. No todos los alumnos pueden aprender todo ni de la misma forma, pero todos pueden llegar a tener aprendizajes significativos.

La fábula ilustra muy bien lo que no se debe hacer. En las manos de los profesionales está el adecuar el currículo al alumnado y utilizar métodos de enseñanza individualizados para cada alumno/a.

La importancia de valorar las diferencias .

1 comentario:

  1. REALIDAD EN LA EDUCACIÓN: ayer asistí a una reunión de padres-jefe de estudio, en el primer día de alumnos de la ESO, y toda la hora se habló de infracciones y sanciones....¿¿a que enseñanza hemos llegado???

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